lunes, 22 de diciembre de 2008

Táctica y estrategia



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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Record Guiness de palmeo



Sólo quiero decir que me encantaría ir a la mitad de tiempo que él. Muy amo el tío.

Alexander Otto




Alexander Otto es un joven artista visual de tan sólo 19 años, con un estilo fresco y elaborado. Sus obras son atomistas y caóticas, detalladas y muy originales. Tiene un punto que me encanta y otro puntito que me inquieta.

http://www.diftnorm.com/

martes, 16 de diciembre de 2008

Tranqui...





Cierra los ojos, relájate en la oscuridad de tu ser y olvídate de donde estás. Cuando estés preparado/a, inspira profundamente por la nariz; espira a fondo. Repite este ejercicio de respiración siendo consciente de la posición de tu cuerpo. Si no estás a gusto cambia de posición. Sentado en el suelo con las piernas cruzadas es una buena opción. Ahora, simplemente intenta concentrarte en el recorrido de tu respiración. Ida y vuelta, una y otra vez.

Tu cuerpo y tu mente ralentizarán los procesos. Poco a poco debes relajarte y dejar fluir los pensamientos en la dirección que deseen ir, no fuerces nada.

Cuando tengas 20 minutos por delante en los que no tengas claro el qué hacer, ponte un atuendo cómodo y siéntate en el suelo sobre algo un poco mullido.

Que no te kafkas!




Hoy me está pasando algo rarísimo. Me he despertado boca arriba como de costumbre gracias al despertador del teléfono móvil, y como todas las mañanas he extendido el brazo izquierdo para apagarlo. Pero hoy desde primera hora nada ha sido igual. En vez del móvil apoyado en la mesita de noche, he tocado el pelo de mi chica. No entendía nada. No recordaba haberme acostado en el otro lado, pero así parecía ser (ahora explico por qué no lo fue).

Estiro el otro brazo e intento (con mucha menos habilidad) buscar el móvil encima de la otra mesita de noche, apago la alarma y me levanto rodeando toda la cama hasta el pasillo. Giro a la derecha hacia el baño, pero me encuentro de frente con la puerta de la calle. Por un momento me planteé que seguía soñando y todo esto acabaría bruscamente con el sonido de la alarma del teléfono, pero no fue así. Me doy la vuelta y compruebo que el pasillo está al lado contrario de donde debería. ¡No lo entiendo! (pensé). Como tengo unas pautas que permiten administrar mi tiempo al dedillo, no dudé en deducir cual era la puerta del baño. La manilla también estaba cambiada de lugar. Todo me resultaba más costoso, tenía que tener especial cuidado con la coordinación de mis extremidades y con accionar correctamente los aparatos que nos ayudan a vivir. Por supuesto que me quemé y me congelé en la ducha, no cabe duda.

Quité el seguro de la puerta girando la llave al lado contrario del habitual y cogí el ascensor. Subí al parking y bajé a la calle intentando normalizar mis sentimientos; si en algo es absolutamente bueno el ser humano, es en normalizar sentimientos y no llamar demasiado la atención. Lo estaba flipando (he de confesar). Por supuesto, conduje por la izquierda, giré infinidad de veces a la izquierda y aparqué como buenamente pude (eso nunca cambia).

Ya no sabía lo que me podía deparar el día, pero desde luego que el comienzo había puesto el listón muy alto...

lunes, 15 de diciembre de 2008

Una crisis anecdótica

La crisis ha llegado a su punto álgido por culpa de un pesimismo generalizado que hemos venido sufriendo desde principios del año pasado. La consecuencia no se ha hecho esperar y ha caído la noticia como un jarro de agua fría entre la sociedad española.

Una situación única en la historia de este país, una decisión que no sentará bien a casi nadie. Por primera vez en la historia moderna y por motivos de seguridad administrativa de estado, no se celebrarán ni las navidades ni el fin de año en nuestro país. Se ha declarado un estado de emergencia permanente. Sean cautos.

En aquel lugar...

podía haber de todo. Si tenías tiempo pensabas en poder ordenarlo, clasificándolo todo por tipo de utilidad o tamaño, lo que sea. Barrer los pelos y pelusas del suelo, mirarte a los espejos, reflexionar, sentarte, pensar que más podrías comprar, que regalarías, a quién... Cosas para lavar, cosas que te podrían dejar un rastro de olor por algunas horas, cosas sobre las que poder escribir...

Un lugar en que puede entrar cualquier tipo de gente y a cualquier hora, un lugar necesario para todos. Alfombras arrugadas por el suelo, zonas todavía húmedas que poco a poco han ido provocando manchas ocres en las paredes, etc...

Había prioridades de acceso y huéspedes inoportunos. De vez en cuando también se encendían velas (dicen que purifican los ambientes). Al otro lado de la única puerta de acceso siempre se escuchaba música, música de todo tipo. De vez en cuando se escuchaba a alguien intentando entonar alguna nota suelta, desistiendo y reintentando la afinación. Pasos que se quedaban justo al otro lado y se detenían por segundos.

La belleza, era un cuarto para la belleza y la apariencia. Todo el mundo tiene que entrar de vez en cuando aquí. Aquí no se está mal. Al principio cuesta, pero luego vas dándote cuenta de nuevas necesidades, de cambios que se antojan pertinentes... sus espejos reflejan el "qué dirán" constantemente y al mismo tiempo son testigos de evoluciones momentáneas: gestos, movimientos de cejas, liftings momentáneos con las palmas de las manos o las yemas de los dedos, que estiran la piel facial con diferentes intensidades; la opinión personal a través del reflejo de los prejuicios.

Un lugar eterno y lleno de olor... y de dolor.